La gran Bultaco Kit Campeon. Por Victor Bonaigua

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bultacokitcampeon 4¡Muy buenas zonas!

No sé si os habréis preguntado nunca (si no os lo explico yo ahora) porqué en la portada del blog “en primera” sale una imagen de la Bultaco Sherpa Kit Campeón.

Para hablar sobre esta moto me he basado en el título que conseguí en la Copa Catalana de Trial de Clásicas, del uso que le di ese año y, como no, de lo que pienso de ella.

Mi sueño de ganar un campeonato con una Bultaco se vio cumplido y realizado en el 2011. De hecho, todo empezó hace muchos años, más concretamente en 1972, cuando mi hermano (seis años mayor que yo) me llevaba de «paquete» a los triales que el corría por toda la geografía catalana con una inolvidable Bultaco Sherpa, la que conocemos como Kit Campeón.

De esa época solo guardo buenos recuerdos, por lo que hasta que no conseguí una Bultaco competitiva y con la que me sintiera a gusto, no paré. Primero fue una seis marchas, «la blanca», que la “tuneé” a mi gusto, pero aún así no me dio las satisfacciones que me ha dado la Kit.

Compré «cuatro hierros» que un buen, si no el mejor, preparador de motos clásicas del país se encargó de moldear y convertir en una moto competitiva, muy competitiva.

El estreno fue en la Copa Catalana de Trial de Clásicas, más concretamente en la categoría Pre’72, en la primera prueba celebrada en Mura el 6 de marzo de 2011 y donde el resultado no pudo ser mejor, mi primera victoria con la Sherpa Kit.

Durante ese año, y después de arrancarla 24 veces, destaco mis cuatro victorias en la Copa: Mura, Ripoll, Tona y Tarragona.

También quiero mencionar mi participación en la Copa de España de Trial de Clásicas, con un meritorio tercer puesto final con dos victorias: Calvià y Ripoll, quedando segundo en Los Ángeles de San Rafael y un decepcionante quinto lugar en Maeztu.

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No me quisiera olvidar de mis tres segundas posiciones en tres de los triales de larga duración más bonitos que he corrido nunca: Robregordo, Santigosa y el Ventoux Trial Classic.

A partir de entonces me tomé las competiciones con otra filosofía. Tocaba seleccionar los triales mejor organizados, en los mejores parajes, en los que iba a coincidir con más amigos, donde la gastronomía y el viaje turístico fueran de mi agrado, es decir, ahora tocaba ¡DIVERTIRSE!

bultacokitcampeonEs cierto que ese año le dediqué pocos triales a las otras motos. Me sentía tan a gusto con la Kit que me «olvidé» de ellas, por lo que tocaba elegir la moto ideal para cada prueba, aunque sobra comentar que actualmente sigue siendo la Bultaco Kit Campeón modelo 80.

¿Qué pienso de esta moto?

Seguramente el sentimiento por unos «colores», los de Bultaco, harán que mis comentarios parezcan cursis, o incluso tontos, pero hasta el día de hoy me emociona saber que esta marca, ya desaparecida, y esta moto, sea la «niña de mis ojos».

He vivido mi afición al mundo del trial desde muchas vertientes. Siempre me ha interesado conocer los elementos metálicos que hacen mover a una moto tan simplemente: dos ruedas para girar, un motor para correr y unos frenos para detenerla.

Me ha encantado «tunear» y preparar mis motos con aquellos accesorios que me ayudaran a ser más competitivo en los triales y que a la vez las distinguirían de las otras.

He tenido mis años «top» donde he disfrutado muchísimo en las zonas, he aprendido las técnicas de pilotaje y he adaptado mis motos en lo puramente relacionado con el trial, también he sufrido fiascos y caídas, pero hay algo que siempre tendré presente, el olor de los motores de 2 tiempos.

Es una moto pequeña, dócil, manejable y sobre todo muy divertida de pilotar.

Siempre he considerado a la Kit Campeón mi pequeño tesoro. La posesión de esta moto siempre me crea una sensación de bienestar y alegría. Este «amasijo de hierros» convertidos en una máquina, en una moto para hacer trial, me hace aflorar sentimientos y deseos, alegrías y tristezas, quietud y movimiento, pero sobre todo ganas de hacer zonas y trialear.

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No quiero hacer ninguna valoración negativa, ni crítica de ella, no lo merece.

No seré yo quien caiga en el error de sentirme capaz para denostar esta moto ya que me merece todo el respeto simplemente por haberse puesto en circulación.

Quizás en un futuro cambie de sentimientos y tenga otras prioridades, pero mientras eso llega, me conformaré con ir contemplando mi pequeña «joya» que, con suerte, algún nieto, cuando lleguen, tendrá a bien curiosear diciendo: ¿qué tendría esta moto para que a este hombre le gustara tanto?

David ha facilitado los medios para canalizar cualquier comentario, pero si lo queréis hacer más personalizado, siempre me encontraréis en bonaigua@bonaigua-trial.com

¡Muchos ceros!

Víctor Martín

“bonaigua”

 

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